Quiénes Somos
ACSI es una organización profesional que sirve a escuelas cristianas a nivel mundial desde 1978. Promueve la excelencia en las escuelas cristianas mediante el desarrollo profesional y personal de los educadores. Con más de 25,000 escuelas en 108 países, ACSI apoya a más de 5.5 millones de estudiantes en todo el mundo con una cosmovisión cristiana de la educación basada en las Sagradas Escrituras.
La oficina continental de ACSI para Latinoamérica (ACSI LATINOAMÉRICA) ha estado operando en Guatemala desde 1990, proporcionando servicios como certificación docentes y liderazgo educativo, acreditación internacional y mejora escolar continua para centros educativos. Además, a través de ACSI REDUCA, ofrece series curriculares en español e inglés, libros de desarrollo profesional y otros. Servimos a la región mediante 4 oficinas regionales ubicadas en Guatemala, Colombia, Paraguay, República Dominicana y Brasil.
Nuestra Historia
Association of Christian Schools International nace en 1978 como resultado de la fusión de tres asociaciones regionales de escuelas cristianas en Estados Unidos. Sus fundadores fueron el Dr. Roy Lowrie Jr. y el Dr. Paul Kienel, quien sirvió como el primer Director Ejecutivo.
Desde el principio, se tuvo la intención de servir a centros educativos en todo el mundo, lo que llevó a la inclusión de la palabra 'internacional' en su nombre, gracias a la visión de uno de los cofundadores, el Dr. Gene Garrick. La primera sede de ACSI se estableció en el sur de California, una región con una alta concentración de escuelas cristianas
Hasta 1988 la mayoría de escuelas miembros de la asociación se encontraba en Norteamérica con algunas escuelas internacionales miembros sirviendo a la comunidad misionera.
En 1989, el Dr. Phil Renicks, Director de Misiones de ACSI, conoció a Estuardo Salazar y su esposa Sheny, gracias al contacto promovido por George Runner, director de una escuela de las escuelas cristiana más grandes en California.
En febrero de 1990, la Asamblea General de ACSI comisionó a los esposos Salazar para servir como los primeros directores regionales no estadounidenses ubicados fuera del territorio norteamericano.
La oficina de ACSI Latinoamérica abrió sus puertas en la ciudad de Guatemala el 2 de abril de 1990, organizando la primera Convención Nacional de Educadores Evangélicos seis meses después. El primer libro publicado fue la Enciclopedia de Verdades Bíblicas para Materias Escolares, seguido poco después por la serie curricular Fundamentos del Carácter. Gilda Patricia Cifuentes fue la primera secretaria que compartió espacio de oficina con los esposos Salazar en el décimo nivel del Edifico El Centro, en la zona 1 de la ciudad de Guatemala. El equipo de oficina era una computadora Apple Macintosh SE, una impresora Apple ImageWriter II y una máquina de FAX Panasonic.
De 1990 al 2000 fue una década de expansión acelerada. Estuardo visitó cada país del continente, organizando conferencias y convenciones para dar a conocer este ministerio. Líderes educacionales de cada país fueron identificados y al final de esa década se dieron cita en Guatemala en un simposio denominado Cumbre 2000. Un año después, en Foz de Iguazú se reprodujo para el Cono Sur y Brasil una Cumbre 2001. En estas reuniones se trazaron objetivos estratégicos que marcarían la segunda década de ACSILAT
La década de 2001-2010 fue de crecimiento estratégico. Oficinas fueron establecidas en Paraguay, Brasil y República Dominicana. Se empezó a hacer un uso más eficaz de la tecnología. Convenciones, conferencias de liderazgo y más publicaciones atrajeron un alto número de miembros. Nuevos recursos, programas y servicios fueron desarrollados y el equipo de colaboradores creció hasta llegar a ser la oficina de ACSI más grande a nivel internacional.
La tercera década de ACSI Latinoamérica se caracteriza por sólida consolidación. Aparecen signos de madurez organizacional tales como el establecimiento de Recursos Educativos ACSI, la implementación de un saludable esquema de gobernanza funcional y la clara definición de roles y responsabilidades en el equipo. Nuevas representaciones, alianzas y distribuciones establecen la presencia de ACSI en países clave. La crisis de COVID pone a prueba la solidez de la organización.
Lo mejor está por venir. Se anticipa un bendecido proceso de sucesión en el liderazgo. La nueva década ha de caracterizarse por innovación adaptativa. Nuevos escenarios apuntan hacia una renovada manera de formular y avanzar la misión. El clima global de cambios acelerados obliga la necesaria adaptabilidad. Lo que no cambia es la visión y compromiso de transformar el futuro de Latinoamérica por medio de la educación cristiana.